¨Nuestra Escuela Infantil Diventium atiende a niños y niñas de 0 a 3 años, etapa de enseñanza que, aunque desde el punto de vista legal no es de carácter obligatoria, a nivel emocional y de aprendizaje, trae excelentes beneficios para los niños. A continuación, les ofrecemos un artículo muy interesante del Profesor Octavio De Lamo, quien tiene una experiencia de más de 40 años en el ramo educativo desde niños en etapa de 0 a 3 hasta segundo de bachillerato, fundador del Centro educativo Aula Nueva en Caracas y The Imagination Factory en Miami¨.
Muchas familias se hacen esta pregunta cuando nace el primero de sus hijos y dudan de cuál es la decisión correcta.
Quiero, desde mi punto de vista, hacer algunas precisiones para facilitar la decisión.
El sistema educativo formal, en la gran mayoría de países, se inicia con la incorporación de los niños a las aulas a partir de los tres años, situación que puede ser ideal, si la familia dispone de las condiciones y la dedicación pertinente, para contribuir en el desarrollo en los primeros tres años de vida del niño.
Este periodo ha sido definido por Jean Piaget, padre de la Pedagogía Moderna, como la Etapa Sensoriomotora, lapso en el cual, la labor fundamental a realizar es la estimulación, ya que está caracterizada por: Conductas reflejas, conceptos permanentes del objeto, manipulación de objetos, egocentrismo, noción de tiempo y espacio, seguimiento de la función simbólica.
Todo lo que aprenden los pequeños en estos dos primeros años lo hace a través de sus sentidos y de su accionar sobre los objetos, tienden a imitar.
Ese proceso de estimulación, a través de los sentidos, se ve enriquecido cuando los niños tiene la oportunidad de convivir en un entorno ideal en los centros de educación inicial, en los cuales debe existir una ambientación muy motivante de los espacios de actividad de los niños, materiales diseñados al efecto que actuando sobre ellos, permitan generar controlar la motricidad gruesa, el desarrollo auditivo, la percepción visual, todo esto adecuadamente planificado mediante una visión pedagógica constructivista que permita, a cada niño en particular, alcanzar niveles de desarrollo sin etiquetas.
No cabe la menor duda que, cuando el pequeño asiste a una Escuela Infantil, el proceso se potencia con la interacción con otros niños por el ejercicio de la imitación, por la diversidad de material con el que interactúa, por el adecuado diseño espacial y por la orientación, en todas y cada una de las actividades, de las maestras con la adecuada formación psicopedagogía.
La realidad de las familias jóvenes es hoy en día muy compleja y se caracteriza por tener el tiempo muy comprometido por la presión laboral y deja escasos momentos para una pertinente dedicación para contribuir con un desarrollo adecuado de los pequeñines.
Si este fuera el caso, nada es más positivo que seleccionar una Escuela Infantil que cumpla con todas las pautas, que se fundamente en un sistema pedagógico de avanzada, que cuente con un personal certificado, con unas instalaciones motivantes y de rigurosa higiene, con material pedagógico abundante, que permitan en primer término hacer sentir felices a los niños a través de enriquecedoras experiencias que nos hagan percibir el continuo desarrollo y maduración de los pequeños.
Tomen su tiempo en la escogencia del centro, hagan un estudio comparativo de los que visiten, analicen los testimoniales de los padres, calculen los tiempos para llegar a llevar y buscar a su hijo, y no se arrepentirán de vivir esa experiencia.
Octavio De Lamo. Fundador de Aula Nueva (Caracas) y The Imagination Factory (Miami)
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