Porque es fuente de descubrimientos y aprendizaje.
Porque estimula los aspectos cognitivos, psicomotores y emocionales de nuestro peque.
En lo cognitivo:
¿Qué aprende nuestro peque en contacto con la nieve?
Pues el poder experimentar con ella. La puede aplastar, lanzar, observar si está blanda o dura al hacer una bola. Puede notar que está fría. Mediante esto el niño adquiere unas primeras nociones físicas.
En lo psicomotor:
¿Qué nos aporta la nieve?
En cuanto a psicomotricidad fina: Coger la nieve, hacer agujeros con los dedos en la nieve, hacer bolas de nieve, lanzarlas y ver qué sucede, hacer muñecos de nieve...
En cuanto a psicomotricidad gruesa: Ayuda con el equilibrio. Para ellos es nuevo andar por la nieve y ver que no es como es suelo, que se nos hunden los pies, que el suelo está irregular y por ello el cuerpo adopta nuevos ajustes posturales.
En cuanto a lo emocional:
¿Qué sientes en la nieve?
En cuanto el peque ve que pisa la nieve se hunde, se queda su huella, su cara de asombro, alegría, inquietud y emoción es lo mejor para querer seguir jugando y viendo que si nos tiramos a la nieve y nos levantamos vemos la huella de nuestro cuerpo ¡Qué divertido!
También se puede dar la emoción del miedo al verse atrapado, hundido en la nieve o si se tira con el trineo y no le gusta nada la velocidad. O también puede pasar todo lo contrario que les encante y quieran tirarse más veces ya que entran en un estado de euforia y subidón de adrenalina.
Así que mamás y papás no tengáis miedo y...
¡ A jugar en la nieve que es beneficioso y sobre todo muy divertido !
Tamara Gómez
Tutora de aula en Escuela Infantil Diventium
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